#hermanayositecreo
- perspectivatransfeminista
- 26 feb 2019
- 3 Min. de lectura

Cuando tenía 5 o 6 años, fui abusada por primera vez. Era de noche, estaba jugando en el patio. Mi agresor, mi abuelo me estaba mirando. Me llamo me sentó a upa suyo y comenzó a tocar mis piernas, subió su mano, me corrió la bombacha y empezó a tocar mi vagina. Cuándo le preguntas a una víctima de abuso sexual, ¿qué hizo en ese momento? Yo te pregunto. ¿qué se suponía que debía hacer? Tenía 6 años, estaba asustada, me quede totalmente paralizada. Mientras sentía su erección, los jadeos y el dolor. La tortura era eterna. Me acuerdo que la tele estaba prendida, estaban dando super match. En ese momento deje de sentir, me había disociado de la situación traumática y empecé a mirar la tele como si nada estuviera pasando, como si estuvieran abusando de otra persona. Mucho tiempo después entendí que esa reacción fue un acto de supervivencia. Después de eso vino la culpa, el pensar que había hecho mal o qué hice para provocar eso. El odio al cuerpo expropiado, la repulsión,vergüenza y el SILENCIO. Porque eso es lo que te impone un abusador, sos guardián de un secreto que no puede salir a la luz. Lo que nadie sabe es que es que callarse daña emocional y psicológicamente. Me sentía rota y en una contradicción constante. Cómo alguien a quién queres tanto, puede hacerte tanto mal. A los 10 años se lo conté a mi hermana que en ese entonces tenía 17. No sólo me creyó sino que me alentó a que lo contara pero la palabra "Abuso" sonó como un eufeumismo que se minimizó y había que enterrar. No tuve el apoyo ni la contención de los adultos que me tenían que ciudar. A pesar de eso, siendo una niña entendí que nunca más iba a permitir que me volvieran a tocar. Lo que me costó entender es que en cada abuso, en cada manoseo perverso, mirada lasciva, hicieron mierda mi infancia. Me robaron el autoestima, la confianza y mi amor propio. Fueron años de transitar mucho dolor, de silenciar lo que me había pasado, de autolesiones, trastornos de alimentación donde la respuesta a todo era que quería llamar la atención. Tras años de terapia y un camino lento de sanación. Llegue a un punto de quiebre, a un punto límite. Tuve que mirar mi oscuridad para darme cuenta que estaba en un lugar en el que no quería estar, en el que no merecía estar. Porque no tuve la culpa de lo que me paso ni de lo que hicieron conmigo. Fue aceptar para reconstruir cada parte de mi para amarla, abrazarla, para dejar la culpa. Empecé mi propia revolución interna, llena de lucha y amor. Aunque ese proceso no siempre este acompañado de momentos felices y mucho menos fáciles, me sentí liberada. Porque cuando te das cuenta que hablando podes transformar ese dolor en ayudar a alguien más, te sentis empoderada. Si estas leyendo esto y pasaste por lo mismo #Hermanayotecreo y te abrazo fuerte con el corazón. Porque si un día el mundo empezó a brillar para mi y pude seguir, también va a brillar para vos. Acá estamos, juntas, hermanadas. Abrazándonos en nuestro dolor, haciendo la carga de la mochila menos pesada, luchando contra este sistema machista que sistemáticamente nos violenta, que nos creyó débiles. Acá estamos... Deconstruyendonos para renacer, más fuertes, porque el patriarcado se va a caer, lo vamos a tirar a la mierda.
Ka_Monserrat
Ilustracion ROMILUSTRACIONES
Empoderadas, unidas, les compañeres exigimos justicia! Te abrazo compa <3