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"Estás un poquito más gorda..."

  • Foto del escritor: perspectivatransfeminista
    perspectivatransfeminista
  • 17 ene 2020
  • 3 Min. de lectura

Frase común que escuchaba en mi niñez, en cada encuentro familiar, ya que estaba mal visto que las mujeres de la familia comieran mas de un plato, y yo generalmente comía dos o tres.


En principio no sufría ansiedad al comer, en realidad tenía hambre, sabiendo que de lunes a lunes, las comidas eran fideos blancos, matecocido con pan o torta fritas. Con suerte, mas de una comida al día dada la situación económica que padeciamos en pleno 2001, mi padre se había ido de casa , mi madre trabajaba horas esclavas por dos mangos.


La ansiedad nació luego de ello,creo, de lograr salir adelante de los problemas económicos. Sentís miedo de que el día de mañana te falte el pan o lo que emocionalmente no te dan lo canalizas de diversas maneras, la mía era comiendo de atracones.


Una vez viviendo con mi padre y su nueva esposa, ella me dijo que estaba muy gorda y si no aflojaba con los postres... nadie me iba a querer...fue como, dale ¿En serio? Me voy a poner las pilas y voy a comer menos o dejar de comer.


En realidad, luego entendí que no estaba teniendo un peso mayor al socializado como normal. Sino mi apariencia era la que no gustaba.


De pequeña era como quien dice rellenita, aunque me sacrificaba en no comer de más o no comer.


En la adolescencia, veía mucho bullying hacia una compañera que no solo tenía sobrepeso sino también tenia bulimia y anorexia, de hecho terminé siendo cómplice porque si bien a veces defendía o hacía ver a mis compas que agredir a una compañera por su apariencia no estaba bien, varias otras veces también me resigné y estuve en silencio.


A mí nadie me decía que era gorda, me gustaba la actividad física, ahí tenés otro aspecto que "recupera reputación". "Me bardeaban por fea pero al menos no era gorda", lo digo en sentido irónico, ya que opino que cada cuerpo no es motivo de opinión, por eso me aboco a hablar del mío. Aunque asumo que temía ser gorda,¿Fobia o presión social?.


Con el tiempo, mis parejas en alguna ocasión me han manifestado estar más gorda y su preocupación en lo estético era mayor al mio, siendo ellas también mujeres, la presión de la oprimida, en este caso, seguía latente. Una vez una chica con la que salí empezó a medirme las comidas y le pregunté porque hacía eso, según ella, era para ayudarme, pero yo no se lo había pedido. Entonces comía a escondidas o antes de ir a su casa para no sentir hambre.

Después de varias discusiones al respecto comprendió que no debía entrometerse en mi cuerpo aunque si se sobre exigía en su aspecto.


Gracias al feminismo, no me preocupo de mi apariencia física, aunque sí consulto nutricionistas para tener un orden en mi vida saludable, no me molesta los rollitos de más ni los 5 kilos de grasa que tenga de más. Puedo vivir con eso, porque lo decido yo, no quiero complacer al capricho odiante de cumplir con ciertos estándares estéticos y morales.



Por eso, hoy no me defino como gorda, en algún momento lo sentí y me identifiqué, el odio y la discriminación sigue existiendo, apoyo y empatizo con la lucha.


Siento empatía por la niña que fui y por mi compa de secundaria que aun la sigue luchando y mis enteras disculpas por lo que no hice y debía hacer. Siempre se puede hacer más.






Autora: Soledad Gambaleri

Ilustración: Rominailustraciones



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